Wednesday, August 17, 2005

Agenda

Manifiesto desencanto hacia las estructuras en las que participo. Me muevo en espacios que paulatinamente se vuelven cada día más chanta (o siempre lo fueron), donde la confianza y la motivación no son valores deseables y donde se privilegia la politica y todo se supedita a la agenda económica.
Como la mayoría de los que estamos en esto, me enrolé en la labor prehospitalaria por una motivación de ayuda, con harta vocación, con poca paga inicial, con cero privilegios y garantías, con conocimiento de ello. Hoy diez años después, más viejo y resignado sigo sin privilegios ni garantías en un trabajo donde el 60% de los reanimadores (60 almas) no tenemos ley de urgencia y ninguno tiene seguridad laboral (te sacan por capricho), no tenemos acceso a un sistema de apoyo sicológico ni ante procedimientos duros (mi supervisor me sugirió visitar a su terapeuta!), además nos acotan las vacaciones a diez días al año (por necesidades del fuc.ing.. servicio!) Debemos compartir algunos espacios de trabajo invivibles, con baños indecentes; por demás debo comprar mi uniforme y subvencionar otros.
En cuanto a trabajo en equipo, el grupo médico que me rodea, con gran hipocresía, involuciona con encubiertas cuotas de desconfianza que solo pone de manifiesto una lucha de poder vetusta y mezquina, y no hace más que entorpecer un sistema ya deteriorado. Superiores que adoctrinan para pensar como funcionario público, cortan alitas, acotan libertades y posibilidades, apretan el cinturón, exigen compromiso para un sistema mediocre a costa de hipotecar la propia vida. El new age del trabajo: el de la medianía.

Pertenezco a uno de los grupos de excelencia del sistema público de la salud chilena, avalado y reconocido a nivel nacional. También pertenezco a un ñoño grupo que a pesar de esta desprotección y poca capacidad de estimular el compromiso tira la carreta para que nuestro director siga disfrutando de su chiche sanitario.
Me refiero a los giles de los REANIMADORES DEL SAMU METROPOLITANO.

Tripulamos ambulancias que no ofrecen elementos básicos de protección a sus ocupantes (cinturones y elementos de sujeción), con recurrentes y cada vez más graves problemas de dirección, frenos, eléctricos, sin calefacción en invierno ni aire acondicionado en verano. Nos exigen traslados de alta complejidad con minimas garantías de seguridad y protección al paciente. Debemos defendernos de gente agresiva que, por una ciega regulación, espera en la calle con sus muertos a la ambulancia solo para descargarse. Con mayor frecuencia hago la pega de los moviles básicos y mientras estoy en base estos alcanzan los servicios de urgencia con pacientes graves o fallecidos. ¿Mencioné la ley de urgencia y el descanso compensatorio?. Y esto ocurre solo desde hace 10 años.
Nuevamente la diferencia entre hacer las cosas correctas y hacer las cosas correctas bien hechas. La chantitud, chantez o como quiera llamarsele nos invade.
Chantas los ream¡nimadores del Samu metropolitano que luego de diez años seguimos creyendo en sostener un sistema deficiente solo con la vocación y con un costo personal demasiado alto.
Sorry, estoy un poquito cansado.
(More...... "me resigno")


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