Saturday, October 01, 2005

Femtosegundo


Entiendo a Montaigne, más bien, ahora lo "comprendo".
En dias de vacaciones tiendo a pensar harto y cuando eso ocurre, siempre pasa algo. Esta vez fue que tuve un destello de despertar, un satori, una fracción de tiempo en la que dejé de ser yo - yo.
Me estaba duchando, con el champú en la cabeza (¡con que frecuencia ocurre algo justo cuando me dispongo a enjuagar el champú!!), cuando me sacude una violenta sensación de vértigo y me convierto en una pieza más de un rompecabezas gigante, atemporal y aespacial, tan abismantemente grande que no logro siquiera sostener ni por un segundo la imagen completa en mi mente. No es dable hacerlo, no tengo esa capacidad, pero... un femtosegundo fue suficiente. De repente floto en la nada y nada tiene sentido; ninguna cosa, deseo, idea, apego, relación, ideal o expectativa se salva, todo se desvanece, no importa y es absorbida al enfrentarse a ese espejo de vacuidad absoluta en el que estoy reflejándome. Logro comprender, con un nudo en el estómago, una angustia incalculable y saltando del pánico, que lo que me sacude es la fuerza de mi propia mortalidad y la certeza de mi final inminente, de que el final llegará inexorablemente, ahora o más tarde; pliff, turn off, epílogo, click, apagón, the end, pffssss... sólo quedan los del aseo. Todo termina.. y no hay vuelta, no hay quien ayude, no sirven las palabras de bajo perfil, no hay posibilidad de brindar la solución para burlar ese ineludible enigma, ninguna posibilidad de hacerse el gil... solo volver a dormirse.
Ya que nada tenía sentido, pensé en abstraerme del mundo cotidiano y abandonar cargas físicas y emocionales. Pensé en mis hijos y en que estarían sometidos a la misma rueda de la impermanencia, a este sufrir, a este sueño y esta ilusión de la vida. Pensé en la mesa que no he terminado de tallar, en el arreglo del auto, en el departamento que deseo comprar, en el blog, en la utilidad de la tarea educativa en la que me encuentro, en mi profesión, en los esfuerzos anexos pasados y futuros. Pero nada tenía asunto. Entonces, me quedaba la del ermitaño. Aislarme del mundo y dedicarme al progreso espiritual y a ver si de alguna manera podría escabullirme de la muerte. Dificil.. ya no me iluminé en esta vida.
Con más reflexión y tranquilidad comprendí que tan inevitable como la muerte es inevitable la vida, que me quedaba tan solo vivila como me tocara y no solo eso, sino que de la manera más impecable posible. Como esa metafora en la que te encuentras subiendo un cerro y te detienes para atarte los cordones, mientras eso ocurre te percatas que viene directo hacia tí una gran roca y no hay manera de evitarla. Ser impecable significa hacer el mejor nudo de tu vida.

¿Vaya notición no?. Me visitó la muerte mientras me bañaba y me encontró en pelotas. Pero, por la experiencia vivida y sus repercusiones, creo que no fue un femto sino un picosegundo. Buenas noches.

1 comment:

KinEduca said...

Buenas Noches amigo mio

Mmmmmmmmm no se que comentar, solo que tienes toda la razon, la vida se vive con el mejor intento posible, y mas aun es e intento hay que disfrutarlo