Monday, November 14, 2005

El Concurso II - La Forastera

Ir a la primera parte: El Concurso I - La reina

Pero, a la puesta de sol del tercer día previo al concurso, desde tierras lejanas, un caminante vendría a cambiar el transitar inalterable del vivir de la comarca.

Desde su llegada motivó a la vez admiración y suspicacia. Sus ropas, su manera de hablar y de moverse, a veces muy rápido a veces muy lento, descolocaba, según su condición, a unos y otros. No fue indiferente para nadie. Le gustaba acercarse y alejarse de la gente para que esta le viera en toda su magnitud. Era su habilidad. Pero la más de las veces andaba a media distancia de todos lo que le hacía borrosa y generaba cierta vacilación.

Venía de la tierra paralela y había escuchado del concurso. Estaba dotada de hermosura, era joven e inteligente y tenía la seguridad de poder ganar el cetro de la belleza más bella, al costo que fuera. Además, cosa importante, tenía la mirada necesaria para ello. Bastaron sólo dos días para que la gente comenzara a murmurar sobre otra posible ganadora, lo que al llegar a oídos de la reina le estremeció de pies a cabeza y de inmediato le mandó llamar.

Al enfrentarse reina y forastera como en espejo se miraron y sin hablar se reconocieron especiales. La reina tembló y supo sin dudar lo que se le venía.. Era pues, que la extranjera padecía la misma anomalía anómala que la reina, mitad miope y mitad hipermetrope, pero de ojos inversos. Ante la eventualidad, la reina afianzó sus espacios, escudriñó mejores miradas, fortaleció sus lazos e incluso buscó a los rebeldes en su decisión por mantener su posición.

Podrán adivinar la historia que siguió.

Producto de su miopía, el rey decidió que merecía estar con la ganadora del concurso y la reina al verse desplazada, se apartó de la escena en un ostracismo reflexivo, pero sería sólo por un tiempo ya que, luego de reagrupar sus tropas, volvería a arremeter con fuerza para destronar a la inconsciente y adormilada doncella.

A pesar de sus atributos y mirada fabulosa, la amable y arrogante doncella, no supo, por sus vanidosos y cortos años, sostener el intento, perdiendo finalmente su cetro y su dignidad. Ni su bendita ventaja dual le permitió ver las malas artes que finalmente la llevaron al exilio.

Sin embargo, producto de tan duro proceso, para la reina no todo fue bendición y acusó un duro recibo. Sus fuerzas mermaron y sus secretos fueron develados.

Para el pueblo de la comarca, como si nada hubiese ocurrido, las vida siguió su transcurrir y el concurso nuevamente ocupó sus almas y mentes. Desde ahora, a pesar de estar más oscuro, todo quedaba más claro. Así era esta gente con anomalía anómala del cristalino del ojo.

Continuará…….

Ir a la Parte Final El Concurso III - El Aparatejo

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